domingo, 29 de julio de 2012

MUJERES DE FUEGO, DE HIERRO, DE HIELO Y DE BARRO (MAREA VIOLETA)

Mujeres de fuego, de hierro, de hielo y de barro. Tantas mujeres como nombres y caderas, como pechos y sueños, como lágrimas y amaneceres.

Mujeres de África que se levantan con el sol para dar alimento y vida, para trabajar la tierra sea yerma o fértil, para abonar los caminos del futuro de un continente sin mañana; donde el hoy lo es todo.

Mujeres de Asia que reciben el ácido en la cara, que cosen los vestidos de las del norte, que pelean contra las manos y las piedras que las quieren lapidar, y pelean con el silencio, la palabra y con la barbilla en alto.

Mujeres que se levantan porque no saben vivir arrodilladas, mujeres que deciden que la tradición no les manda, mujeres que deciden cuál es su tradición.

Mujeres que en Afganistán no han disparado una sola bala, no han visto un solo dólar de la heroína, no han cultivado el opio, no han apretado el gatillo ni han volado escuelas.

Niñas que en Tailandia dan la mano a un extraño europeo para crecer sin identidad, ni libertad, ni derechos; porque no saben que existen.

Mujeres europeas que trabajan más horas y cobran menos, que hacen dobles jornadas laborales en casa y que cada día tienen que demostrar que si son guapas también pueden ser listas; y que si son feas necesitan ser aún más listas. Mujeres que son medidas por el ancho de sus caderas y de su pecho, vendidas en el mercado de la carne.

Mujeres de Latinoamérica, que cuidan a los hijos y las hijas de Occidente para que otras mujeres puedan pasar doce horas al día sosteniendo un sistema que se deshace en su propia sinrazón y les aleja de su vida.

Sistema que nos ha mentido y nos ha ofrecido una falsa liberación que consiste en trabajar el doble, y no por nosotras, sino por lo diabólico del propio sistema; para pagar las operaciones que nos harán más felices, para costear la ropa que nos hará ser más aceptadas.

Mujeres que aman a otras mujeres, mujeres que aman a hombres y hombres que no aman a las mujeres.

Hombres que matan a mujeres aquí y allí porque creen que son propiedad privada, marcadas por apellidos que no les corresponden, despojadas de la virtud de las virtudes, la libertad de espíritu. Mujeres que reciben bofetones, mujeres que reciben insultos, mujeres violadas, vendidas y extorsionadas. Mujeres a las que llaman “putas” (que palabra tan fea): las “putas” de un sistema que nos hizo muñecas del patriarcado.

Y también mujeres que se organizan y van a cambiar el mundo.

Mujeres con minifaldas, mujeres con pantalones, mujeres que se desnudan porque les da la gana y eso no las convierte en únicamente carne.

Mujeres que hacen la comida, lavan la ropa, y friegan los suelos pero aún no se considera que trabajen lo suficiente.

Mujeres que decidimos cuando, donde y como; que decimos que no cuando queremos decir que no y que decimos que sí cuando queremos decir que sí. Mujeres que disfrutamos del sexo cuando queremos y con quién queremos. Mujeres con derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Mujeres que queremos ser madres y mujeres que no queremos, y eso no nos hace menos mujeres.

Niñas que sufren la ablación para despojarlas de la libertad del placer por el placer y pone en peligro sus vidas. Y niñas que ahora dicen que desean vivir su vida sin el peligro de la mutilación genital.

Mujeres negras, blancas, orientales, indígenas, árabes y europeas, mujeres y niñas de todos los colores. Todas igual de diferentes; todas idénticas. Trabajar y amamantar, cuidar y calmar.

Mujeres capaces de hacer la paz mientras los que llegan por la noche sin mirarles a la cara hacen la guerra.

Mujeres que se reúnen en un círculo y se enseñan a escribir las unas a las otras, mujeres que se hacen las dueñas del agua, de la tierra y del fuego porque son de fuego, de tierra y de agua.

SER MUJER ES SER MUCHAS MUJERES. ES SER TODAS LAS MUJERES


Dedicado a Sakineh, condenada a lapidación por reconocer bajo tortura que había mantenido una “relación extramatrimonial”. A Hashí, una niña de la calle de Dacca. A Lakot, una ex esclava sexual de la guerrilla del LRA en Uganda. A mi madre, mis abuelas y mis tías. A todas y cada una de mis amigas. Vosotras sabéis por qué.

Este texto ha sido extraído del blog:  
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