jueves, 14 de febrero de 2013

¡Bailamos porque esta es nuestra revolución! #OneBillionRising

LIBRE TE QUIERO

Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.


Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.


Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.


Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

(Agustín García Calvo)


Amancio Prada interpretando "Libre te quiero"

martes, 12 de febrero de 2013

Creo que mi pareja me maltrata... ¿y ahora, qué?


Si has sido capaz de reconocerte a ti misma que tu pareja te maltrata, enhorabuena: has hecho algo muy difícil y muy valiente. Y, sobre todo, has dado el primer paso para salir de tu situación y empezar una nueva vida.



Este artículo está dirigido a las jóvenes que detectan malos tratos durante el noviazgo y no a mujeres casadas o que comparten hijos o vivienda con sus maltratadores. A éstas últimas les recomendamos encarecidamente que llamen al 016 para pedir información y ayuda o que visiten sitios web donde les informen detalladamente de lo que pueden hacer (por ejemplo: <http://www.guiaviolenciadegenero.com/index.php>).

Pero, si estás saliendo con un posible maltratador, desde aquí te ofrecemos varios consejos:

1. No dudes de ti misma. Si empezaste s salir con ese chico llena de ilusión y ahora sientes que vives una pesadilla, no es que estés “exagerando”: no te están tratando como te mereces.

2. Si tienes miedo, es porque debes tenerlo. Nadie teme a su pareja gratuitamente, porque sí. Si te has sentido amenazada en algún momento, es porque, directa o indirectamente, te han amenazado. Y tu prioridad ahora es protegerte.

3. Toma una decisión firme. Un maltratador nunca cambia. Si lo dejas, no vuelvas con él bajo ningún concepto.

4. Si cortáis, no vuelvas a quedar con él. Y menos aún por la noche, en su casa o en lugares solitarios. No vais a “arreglarlo”, porque él no va a cambiar. Da igual cuántas veces te pida perdón, da igual que parezca destrozado: el maltratador es un gran actor, pero tras la piel de cordero se esconde un lobo. No eres su presa, eres una persona y no debes caer en la trampa.



5. Pide ayuda. Habla con alguien que sepas que te va a apoyar: tus padres, algún hermano o hermana, una amiga de confianza. O, si no te atreves a contárselo a nadie, llama al 016 y cuéntales lo que te pasa. Pero recuerda que quienes te quieren te van a apoyar y no van a permitir que un maltratador arruine tu vida.

6. No dejes que la sociedad te influya. A menudo, las víctimas de malos tratos son rechazadas por la gente. Hay quienes acusan a las mujeres que los padecen de tener “poco aguante”, de “exagerar” o de “habérselo buscado”. Todo esto es FALSO: NADIE MERECE MALOS TRATOS. La gente reacciona así porque es la solución cobarde, porque es más fácil regañar a la víctima que enfrentarse al agresor. El agresor es peligroso, la víctima no. Por eso no debes dejar que la sociedad te influya: TÚ NO TE MERECES QUE TE MALTRATEN.

7. Corta todo el contacto con él. No le cojas el teléfono ni respondas a sus mensajes, por insistente que sea (de hecho, cuanto más insistente sea, menos recomendable es que cedas un ápice). Que no te controle a través de las redes sociales. Si tienes que ir a clase o a trabajar con él, procura estar lo más alejada posible de él (físicamente hablando) y tener la mínima relación.

8. Rodéate de los tuyos. Si puedes, cuéntales lo que te sucede a tu familia y amigos, aunque sea en parte. Ve acompañada siempre que puedas y, durante una temporada, sal de noche sólo si vas a volver a casa con alguien. Tu seguridad y tu autoestima son muy importantes en este momento y tus seres queridos son quienes van a fortalecerlas mejor.



9. No rechaces a otros chicos. Hay hombres maravillosos, que van a quererte y respetarte y que jamás te maltratarán. Si encuentras a uno de ellos, no te cierres por haber pasado una mala experiencia. Pero tampoco debes buscar a alguien de inmediato: deja que tus relaciones personales sean naturales y procura que los malos recuerdos no te afecten en el futuro.

10. Quiérete. Todas podemos topar con un cerdo, pero siempre podremos salir de la pocilga, restregarnos el barro de los zapatos y volver a sentirnos limpias. Eres una persona única, con virtudes y defectos y, ante todo, insustituible. Deja que te quieran y, sobre todo, quiérete mucho. ¿Cómo? Potencia tus cualidades y aficiones: dedícate a lo que te guste, ya sea la lectura, las manualidades, el deporte… Si no tienes ningún hobby, atrévete a innovar: apúntate a clases de idiomas, a un gimnasio… Tienes que moverte, salir, ¡reír sin parar! La vida es corta y una mala experiencia no debe impedirte disfrutarla.



Y, si necesitas sentirte apoyada, desde Feminismo 3. 0. haremos todo lo posible por echarte una mano. ¡No dudes en escribirnos!*

*feminismo30@gmail.com

sábado, 9 de febrero de 2013

10 síntomas de que tu pareja puede ser un maltratador


Generalmente, cuando nos hablan de maltrato o malos tratos, nos viene a la cabeza la imagen de una mujer golpeada, violada o incluso asesinada por su pareja o ex pareja. Pero los malos tratos no empiezan con el primer puñetazo: previamente, la víctima es maltratada psicológicamente. Un maltrato mucho más sutil, pero igualmente dañino y que, si no se detiene a tiempo, es la antesala de un peligro mortal.



Actualmente, están creciendo de forma alarmante los malos tratos en las parejas jóvenes. A las chicas se nos inculca, a través de los medios de comunicación, el cine y la literatura, la idea de que el “amor romántico” incluye episodios de malos tratos: discusiones violentas, invasión de la intimidad, violencia sexual…

Todo ello hace más difícil detectar el maltrato en las parejas de novios. Frases como “lo hace porque me quiere”, “está loco por mí”, “son cosas de pareja” y “los celos son normales en una relación” consiguen que las propias chicas consideren que lo que les sucede “es normal”. Y, si hablan de malos tratos, la gente piensa que son unas “exageradas”.



Desde Feminismo 3. 0., queremos ofrecerles esta breve guía a las jóvenes que no se sienten cómodas en su relación de pareja o sospechan que pueden estar saliendo con un maltratador, pero no se atreven a contárselo a nadie.

Os invitamos a reflexionar y a que, si reconocéis estos síntomas en vuestra pareja, toméis precauciones o abandonéis a quien os puede hacer mucho daño.

1. Controla tus movimientos. Siempre sabe dónde estás y con quién y se enfada contigo si frecuentas lugares o compañías que no le gustan.

2. Invade tu espacio. Se presenta sin avisar en tu casa, en tu lugar de estudios o trabajo o en el bar en el que estás de fiesta con tus amigos. No lo hace puntualmente, para darte una sorpresa, sino con frecuencia, obligándote a cambiar tus planes.



3. Critica a tu familia y amigos. No le gustan las personas próximas a ti y te lo hace saber, directa o indirectamente. Procura que estés lo menos posible con ellos.

4. Su relación con otras mujeres es pésima. Habla mal de sus ex, no tiene amigas (o sólo tiene amigas con las que alguna vez se ha enrollado) y no trata bien a su madre ni a sus hermanas.

5. Tiene un discurso burlón o despreciativo hacia las mujeres. Le gusta contar chistes machistas o decir que “todas las tías son iguales”. Cree que el feminismo es una gilipollez y las feministas, unas lesbianas insatisfechas.



6. Intenta que dejes tu trabajo, tus estudios o tus aficiones. Quiere que todo tu tiempo sea para él.

7. Pasa de ser muy dulce a enfadarse de forma violenta. Es un chico blando, casi empalagoso, pero sus enfados son desproporcionados y en ellos recurre al chantaje emocional, con frases como: “¡Con todo lo que yo hago por ti!”.

8. Si eres tú la que se enfada con él, reacciona montando en cólera. No sabe aceptar una crítica y siempre acaba explotando. Al final, te toca apaciguarle.

9. Te insulta, pero luego se arrepiente. Cuando discutís, te insulta y humilla, pero luego te pide perdón, finge que no ha sucedido nada o adopta una actitud “conciliadora” (de “borrón y cuenta nueva”).

10. Te presiona para que tengáis relaciones sexuales. Las hayáis tenido o no, insiste hasta la saciedad o se atreve a forzarte, directa o indirectamente, para que tengáis sexo cuando le apetece.

P.D.: Si alguna de vosotras quiere hacernos una consulta personal sobre su caso particular, desde Feminismo 3. 0. intentaremos ayudaros todo lo posible. Recordamos, una vez más, que el 016 ofrece información gratuita y confidencial sobre los malos tratos.


Violeta


domingo, 3 de febrero de 2013

¡Aborto ilegal, violencia estatal!


            El debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) está, desde que la derecha gobierna este país, en boga. Y es que cuando la derecha entra por la puerta, los derechos de las mujeres saltan por la ventana. El actual Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, bajo un claro paraguas paternalista y conservador, quiere acabar con todos los derechos sexuales y reproductivos conseguidos por las mujeres, tras décadas de reivindicaciones. Con el PP hemos pasado de luchar para conquistar derechos, a luchar para no perderlos.

            La legislación de la interrupción voluntaria del embarazo es una conquista social que lleva detrás décadas de lucha. Legislar el aborto libre es acabar con la hipocresía de que las ricas viajen y las pobres se desangren. Estar en contra del aborto no es abogar por la vida, es callar ante los abortos clandestinos, que matan a miles de niñas y mujeres en el mundo cada día.

            La polémica sobre la interrupción voluntaria del embarazo está sobradamente superada en cualquier país progresista del mundo. Es más, quienes siguen aferrados a este debate no hacen sino poner una cortina de humo a la verdadera cuestión que se está debatiendo: la capacidad de la mujer para decidir sobre ella misma y sobre su cuerpo. Les falta coraje para admitir que no dotan a la mujer de sus capacidades autónomas de decisión, y recurren continuamente al debate sobre aborto sí, aborto no. Debate superado desde hace años.

Si según los sectores más conservadores y reaccionarios las mujeres no estamos capacitadas para decidir sobre nosotras mismas, ¿cómo vamos a estarlo para ser madres? Decía Alberto Ruiz Gallardón en sesión de control que el aborto es ‘violencia estructural’. Y yo me pregunto, ¿hay violencia estructural más grande que darle a una mujer a elegir entre la maternidad forzosa o la cárcel?


En nombre de un supuesto progreso, la derecha pretende que las mujeres caminemos hacia un insoportable retroceso. Conviene resaltar que las del PP no son políticas pronatalistas, pues mientras obligan a la mujer a una maternidad forzosa, quitan de la sanidad pública los tratamientos de fertilidad. Obligan a las mujeres que no desean ser madres a serlo, mientras se lo impiden a las que sí lo desean. No son políticas tampoco encaminadas a la conciliación familiar, porque mientras reducen los supuestos de interrupción del embarazo a dos (en lugar de 3, como tenía la Ley de 1985), sacando de los mismos el de malformación del feto, le dan la estacada mortal a la Ley de Dependencia.

Ninguna mujer es más mujer por ser madre. Toda mujer tiene la capacidad de decidir sobre su maternidad, y el Estado el único acometido que tiene es garantizar la seguridad de la mujer. Si decide interrumpir su embarazo tiene que disponer de los medios para hacerlo de la forma menos traumática posible, pues, pese a la demagogia y la misoginia que desprenden los comentarios de los y las antiabortistas, NINGUNA mujer aborta por placer.

Imaginen por un momento un país donde a las mujeres nos prohibiesen la maternidad; ahora imaginen otro donde nos la impongan. El embarazo es una cuestión que vive la mujer en primera persona, pero lo legislan médicos/as, políticos/as, y hasta curas.

Queremos recordar a los sectores más conservadores y reaccionarios de nuestra sociedad que lo que las mujeres nunca olvidamos es nuestro derecho a decidir; y que las mujeres no pedimos favores, exigimos derechos.

Todas las mujeres, todos los derechos, todos los días. ¡Basta de criminalizar a las mujeres! El cuerpo de la mujer es un campo de batalla que sólo le pertenece a ella. ¡Por un aborto libre, seguro y gratuito!

Rosa