En
la actualidad, las feministas debemos afrontar nuevos retos dentro de un marco
social, político y económico complejo. Uno
de los problemas del feminismo de segunda ola fue que, pese a que aquellas
feministas se presentaron como depositarias de las reivindicaciones de todas
las mujeres, lo cierto es que fue un feminismo de corte liberal. Un feminismo
de mujeres blancas de clase media. Hoy en día, consecuencia de los movimientos
sociales que se han producido en el llamado Tercer Mundo, están surgiendo
nuevas reivindicaciones, con nuevas protagonistas. Es importante diferenciar
los campos de batalla de las feministas occidentales y de las feministas
orientales.
En Occidente conviene tener en mente una premisa: NO está todo conseguido. Las
mujeres siguen teniendo peores condiciones laborales y salarios más bajos que
los hombres. Los nuevos gobiernos conservadores están legislando en contra de
derechos como la irrupción voluntaria del embarazo. Está emergiendo nuevamente
el discurso de la mujer como madre y esposa. En la juventud está despertándose
una misoginia que parecía aletargada. Muchas mujeres comienzan a asumir roles
de subordinación en su vida pública y privada. El cuerpo de la mujer sigue
siendo depositario de identidades colectivas y frustraciones masculinas. Las
mujeres occidentales viven al dictado de unos cánones de belleza que marcan,
incluso, sus posibilidades en el futuro. Los
retos de las feministas occidentales son dos: por un lado, asentar las bases de
una legislación en virtud de la equiparación de derechos civiles y laborales
entre hombres y mujeres; por
otro lado, fomentar la igualdad real, pues sin ésta la legal no tiene razón
de ser. El lenguaje y las actitudes son fundamentales para la creación de una
sociedad más igualitaria. Quienes hablan en igualdad, piensan en igualdad.
Los nuevos movimientos sociales en África y Asia han alentado a las mujeres a
levantarse por sus derechos. A exigir lo que le corresponde a la mitad de la
sociedad. En estos territorios hay que construir prácticamente todo. El reto fundamental es asentar las
bases de un movimiento feminista fuerte, que luche por la consecución de los
derechos políticos y civiles de la mujer.
En Iberoamérica la situación es diferente. En la
mayoría de países la mujer tiene plenos derechos políticos, y se camina cada
vez más hacia una mayor legislación en derechos civiles que equiparan a la
mujer con el hombre. Existe
una igualdad legal. Sin
embargo, la situación real es degradante. En este continente se encuentran
los países con mayores tasas de feminicidio y violencia machista. El reto principal: generar una
conciencia colectiva, fundamental para caminar hacia una verdadera igualdad
real.
Rosa
Excelentes posts para la reflexión. Me gustaría que habláseis de vuestra visión sobre la maternidad que comentáis. Creo que es una de las razones que impiden la igualdad pero también la razón de ser de la raza humana.
ResponderEliminar¡Hola Estefanía!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus aportaciones en este blog.Es un placer poder generar debates interesantes.
Más adelante escribiremos sobre maternidad, relacionándola con otros conceptos como la feminidad o el feminismo en la actualidad.
De todos modos, yo te puedo dar mi opinión personal. Soy nieta, hija, sobrina, amiga, compañera, y en un futuro seré madre, pero sobre todas las cosas soy mujer.
Un saludo.
Rosa.
Me produce mucha ternura tu respuesta. Me veo reflejada. Me temo que la maternidad viene a poner patas arriba cualquier cosa que digamos o pensemos pero dejo el debate para ese post.
ResponderEliminarGracias por vuestro blog!