La
lucha feminista está estrechamente vinculada a la ruptura con los roles de
género tradicionales. Un rol de género
es el papel que la sociedad otorga a un
individuo en función de su sexo. La sociedad actual sólo admite dos tipos
de identidad de género: masculina (macho) y femenina (hembra).
En primer
lugar, conviene aclarar algunos conceptos: ¿por qué se habla de roles de
género? ¿Por qué se utiliza esa palabra? El motivo no es casual: una cosa es el sexo de una persona, determinado por sus órganos
sexuales (pene o vagina), y otra, la forma en que su comportamiento se adapta a
lo que se espera de alguien con dichos órganos sexuales. Dicho de otro
modo, tú naces con órganos sexuales masculinos o femeninos, pero es la sociedad
quien te convierte en un hombre/macho o mujer/hembra.
La influencia de los roles de género
tradicionales es muy grande y está presente en nuestras vidas desde la más
tierna infancia. ¿Por qué los niños visten de azul y las niñas, de rosa? ¿Por
qué los unos juegan con balones de fútbol y las otras, con muñecas? ¿Por qué “nenaza” y “marimacho” son
considerados insultos?
¿Qué tiene de malo que un niño juegue con muñecas? ¿Es que él no será padre de mayor? |
Los
roles de género tradicionales perjudican, esencialmente, a las mujeres, dado
que éstas son las eternas discriminadas (la hembra existe para el uso y
disfrute del macho y, por ende, su vida queda subordinada a la del mismo), pero
muchos hombres se sienten incómodos con el rol que les ha sido asignado. Son ellos
quienes están impulsando, a veces, sin saberlo, las llamadas nuevas masculinidades.
Las
nuevas masculinidades son aquellos comportamientos de los hombres que rompen
con el modelo tradicional. Pero, ¿cuál es ese modelo?
He aquí
los 10 rasgos del macho… y la
reacción que éstos provocan en muchos hombres:
1. El macho no debe mostrar sus sentimientos.
Da igual que
tú, varón, seas una persona sensible: la sociedad te impide derramar una sola
lágrima, salvo que tu equipo de fútbol haya perdido un partido importante. Por
culpa de esta restricción, muchos hombres tienen serias dificultades para
comunicarse con su familia, amigos y pareja, con la consiguiente ansiedad que este
aislamiento provoca en ellos. La
realidad es que los hombres tienen perfecto derecho a mostrar sus sentimientos.
2. El macho sólo debe preocuparse por “cosas
de hombres”.
Cuidar a niños y ancianos, ocuparse de la casa o, simplemente, dedicarse a
actividades consideradas femeninas (poesía, danza, costura…) provoca el rechazo
de las mujeres y de otros varones, ¡como
si las labores de cuidado y del hogar no los incumbiesen también a ellos!
3. El macho debe estar obsesionado con el
sexo. Hombres y
mujeres por igual tienen periodos de mayor o menor deseo sexual, pero éstos están
permanentemente obligados a excitarse y, sobre todo, a llegar al coito el mayor
número de veces (y con el mayor número de mujeres) posible. Esto genera
ansiedad en los varones; es triste que la viagra sea uno de los medicamentos
más vendidos en todo el mundo. La
actividad sexual es sana, agradable y muy recomendable, pero nunca debe
convertirse en una imposición.
¿Quién ha dicho que los hombres siempre tengan ganas de sexo? ¿Es que ellos nunca se cansan? |
4. El macho debe fijarse en la(s) hembra(s)… y presumir de sus conquistas. Delante
de sus amigotes, únicamente hablará de mujeres rubias, con grandes pechos y
muy, muy femeninas; y sólo alabará sus atributos sexuales. No importa que su
amor platónico de toda la vida sea la empollona de turno, porque no es en ésta
en quien debe fijarse. Esta idea es completamente absurda, puesto que a cada persona le atraen individuos
diferentes a lo largo de su vida y, obviamente, no todos ellos
responden al modelo tradicional.
5. El macho es polígamo por naturaleza. Falso. Hay hombres polígamos y
mujeres polígamas, y también hombres monógamos y mujeres monógamas. La poligamia y la monogamia son
elecciones personales y no vienen impuestas por la naturaleza.
6. Al macho debe gustarle el fútbol. No es un deporte más: es una
religión. Por el fútbol puede llorar o pelearse a puñetazo limpio con otro
hombre, si es necesario. Poco importa que tu deporte favorito sea el tenis o
que, sencillamente, no te gusten los deportes: si no te gusta el fútbol, eres
un ‘pringao’. Cuando el fútbol es
sólo un deporte más.
El macho debe estar obsesionado con el fútbol. |
7 Un macho no debe cuidar su aspecto físico. No vaya a ser que lo llamen afeminado.
Sólo se le permite ir al gimnasio, para tener unos abdominales bien marcados
que atraigan a las chicas. No hay
ninguna razón por la que a un hombre no tengan que gustarle la moda o la
peluquería, pero se considera que aquél que disfruta con una de las dos
cosas es “maricón”. ¡Como si los gustos y la orientación sexual tuviesen algo
que ver!
8. Un macho debe perder la virginidad a una
edad temprana.
Aunque no lo desee lo más mínimo, la presión social le empujará a hacerlo
deprisa y corriendo, con cualquiera que se le ponga por delante. En realidad, todas las personas, hombres y mujeres,
deberíamos esperar al momento adecuado (adecuado para nosotras, no para
los demás).
9. El macho debe considerar a la hembra su
eterna rival. La
mujer es una santa o una puta, no hay un término medio. Basta con echar una
ojeada al repertorio de canciones más casposas de nuestro país: cuando una
mujer “rompe el corazón” de un hombre, se convierte en la puta, la bruja, la “mala
pecóra”. La mujer es presentada como
un objeto de deseo, cuidado o cólera, dependiendo de la situación, no como la
amiga, amante y compañera que debería ser.
10. El macho se siente atacado por la lucha
feminista. No entiende
que las feministas son mujeres que luchan por sus derechos; está convencido de
que éstas sólo buscan destruir los de los hombres. El macho recela de toda
mujer a la que no es capaz de dominar. Sin embargo, la lucha feminista
beneficia a ambos, puesto que la
igualdad trae consigo toda una serie de cosas positivas para el hombre.
Y tú, ¿vas a romper con los
roles de género?
"Así luce un/a feminista", reza la camiseta de estos jóvenes. |
Violeta
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